¡Bienvenidos a la décima edición del Concurso Puebla De Antaño! Como siempre, esta competencia anual de rondallas nos ha dejado momentos inolvidables y algunos aspectos que necesitan ser analizados con una buena dosis de crítica. Veamos lo que aconteció en este evento lleno de música y emociones.

Para empezar, cabe mencionar que este año hubo un menor número de rondallas participantes, con un total de 28. El comité organizador deberá indagar y entender el motivo detrás de esta disminución. Tal vez haya más concursos que el año pasado, o tal vez seamos testigos de una evolución en el panorama rondallero. De cualquier manera, es un punto para analizar y reflexionar.

La fluidez general del evento fue excelente, una vez que comenzó, casi no se interrumpió. Además, la entrega de resultados fue muy ágil, lo cual dejó a todos contentos. Aplausos para esa eficiencia. Sin embargo, no todo fue color de rosa en el Concurso Puebla De Antaño 2023. Una sombra que deberá ser enfrentada es el inicio puntual. Ambos días hubo un retraso notable que se percibió aún más debido a la incomodidad del público al esperar afuera del teatro, soportando el calor y la ceniza del volcán que cayó el domingo. ¡El tiempo es oro, señores organizadores!

Una de las cosas que celebramos fervientemente es que hubo muchos menos cambios de ritmo sin sentido. ¡La verdad es que no los extrañamos! ¿Ya ven que no era tan complicado? Debemos comenzar a entender que lo primordial en la música es que el mensaje que se desea transmitir se entienda y para eso lo que más hay que cuidar es la afinación, la cuadratura y la coherencia de los arreglos.

En cuanto al equipo de sonido, merecen un aplauso. Pudimos apreciar la música correctamente tanto en el auditorio como en la transmisión realizada por Serenata de Mediodía. No hay nada más frustrante que una mala calidad de sonido en un concurso de esta magnitud, y en ese aspecto estuvieron a la altura.

Hablemos ahora sobre la música y las rondallas participantes. En la categoría E, la Rondalla Magia y Sentimiento nos mostró que su reconstrucción va en serio y que tienen un futuro prometedor. Es alentador presenciar el progreso de proyectos interesantes, como el del Instituto García de Cisneros, que presentó dos buenas agrupaciones, destacando especialmente la de bachillerato, que logró el triunfo en la categoría D. ¡El talento joven siempre es bienvenido!

Por su parte, el trabajo de Rondallas Unidas de Saltillo sigue dejándome muchas dudas. Técnicamente tienen muy buenas condiciones y podrían lograr presentaciones sobresalientes, pero sus arreglos rebuscados hacen que muchos no los entendamos. Además, en esta ocasión, en su primer tema, dos pequeñas solistas cantaron «tengo ganas de hacer el amor con alguien». No sé si las integrantes sean mayores a lo que parecen, pero yo las vi muy pequeñas para cantar este tipo de letras. Quizás sea un malentendido, pero conviene aclarar estos detalles.

En la categoría C presenciamos un buen duelo entre la Rondalla Iztma y la Rondalla Municipal de Tecamachalco. Ambos grupos nos mostraron un gran potencial y dejaron en claro que pueden crecer aún más si continúan trabajando con esa pasión. Además, debemos destacar el debut triunfal de la Rondalla Dinastía en los concursos nacionales. Ángel Alonso, su director, ha demostrado su capacidad y estoy seguro de que este nuevo proyecto tiene un futuro brillante.

Pero hablemos de algo que ha generado controversia: la distribución de las categorías. Al principio, tuvimos la sorpresa de que dos rondallas estaban inscritas en la categoría B, lo que llevó a declararla desierta y permitirles elegir otras categorías. Aquí hay mucho por discutir. Personalmente, considero que ya es hora de reducir el número de categorías. Sigamos con A, B y C, y, si me apuran, agreguemos una Juvenil o Infantil, no más. Las categorías Especiales simplemente sobran y lo argumentaré más adelante. Además, es curioso que las rondallas que pasaron de la B a la C no lograran ganar la clasificación, lo que plantea interrogantes sobre el nivel en el que ellas mismas se percibían estar. Es un tema para reflexionar.

En la categoría A, presenciamos un nivel bastante sólido, aunque sigo cuestionándome si esa realmente debería ser la categoría B, a excepción de un par de rondallas destacadas. Dulce Matiz, que ya nos había sorprendido con su gran calidad anteriormente, demostró una vez más su buen trabajo en este concurso. Sin embargo, la Rondalla Femenil Inspiración de Orizaba dio un giro sorprendente y superó la diferencia en puntos que había el día sábado, mostrando un derroche de calidad que merece reconocimiento.

Pasemos ahora a la categoría Doble A, donde tuvimos un duelo netamente poblano. Sin embargo, quedó demostrado que de las cuatro rondallas participantes, solo una alcanzó el nivel de Doble A. No se ofendan, pero esto solo confirma lo que venimos diciendo desde hace mucho tiempo. Los triunfos en la categoría A ya no son tan exigidos, lo que conlleva directamente a obtener pases a categorías especiales sin enfrentar desafíos realmente difíciles. Este fin de semana ha dejado eso en claro.

Esto hace que el triunfo de la Rondalla Sinphonia, aunque completamente justo, deba ser puesto en perspectiva. Su calidad interpretativa y experiencia son innegables, y no quiero poner eso en duda. Es cierto que ganaron y merecen celebrarlo, pero debemos tener en cuenta que las otras rondallas prácticamente les dejaron el camino allanado. ¡Un poco más de competencia no vendría mal! Además, me gustaría escuchar otro tipo de trabajos de Sinphonia. Últimamente, han abusado de los covers de canciones en inglés, con traducciones y adaptaciones difíciles de seguir y con letras que no se entienden mucho. ¡Ojo con eso, muchachos!

Pasando a los resultados generales, debo admitir que me parecieron justos y acordes a lo que vimos en el escenario. Además, el concurso se aseguró de sumar dos jueces de calidad: Toño Setién y Uriel Ortega. ¡Bien jugado! Pero esto nos lleva a un tema delicado que siempre hemos mencionado: debemos cuidar que el jurado no esté relacionado con las rondallas participantes. Sabemos que somos una comunidad fuertemente unida, y esta vez podríamos haber caído en esa trampa con Toño Setién y la Rondalla Femenil Inspiración de Orizaba, dirigida por su hermano Memo. Sin embargo, para evitar especulaciones, desde el inicio del concurso se aclaró que Toño no calificaría la categoría A. Esto es algo que debería ser norma en todos los concursos, pero, lamentablemente, nunca se dice. Es importante hacerlo saber para que luego no digan que hubo mano negra. ¡Bien ahí, organizadores!

En resumen, considero que el Concurso Puebla De Antaño 2023 fue una buena competencia, pero dejó un poco que desear para ser su décima edición. ¡Estamos hablando de una cifra importante, gente! Es urgente abordar el tema de la puntualidad, ya que genera incomodidades tanto para los participantes como para el público en general. Y esto es en todos los concursos, no se hagan que la Virgen les habla. ¡La hora es la hora, señores! Además, creo que es momento de replantear el sistema de categorías. Reduzcamos su cantidad y eliminemos la categoría Doble A hasta que la categoría A retome su nivel. ¡Todos ganaremos con un poco más de equilibrio y desafío!

Así concluye nuestro análisis del Concurso Puebla De Antaño 2023, lleno de luces, sombras y críticas constructivas. La siguiente parada será el Concurso Mágico por Amor en Orizaba. ¡Hasta entonces, amigos rondalleros, y que la música siga resonando en nuestros corazones y en los escenarios!