0 8 mins 1 año

Nos dirigimos sin escapatoria hacia el final del año y si hace poco hacíamos análisis del Concurso de Rondallas de Monterrey, justo mencionando a los concursos que quedaban por llevarse a cabo en 2022, pues ahora damos un paso adelante en el tiempo y presentaremos las luces y sombras del Concurso Festival Nacional de Rondallas Zapotlán 2022.

De inicio, el análisis se antoja complicado, ya que este certamen tuvo muy poca participación. Ya sé que anteriormente, refiriéndonos a otros concursos, hemos mencionado algo parecido, pero es que en realidad en esta ocasión sí fue muy poca participación, apenas 7 rondallas, lo que derivó en que tooodas las categorías que estaban anunciadas se redujeran a solamente dos. Sabemos perfecto que este año es atípico y que, al ser una época de recuperación de espacios presenciales para los grupos, es entendible que haya poca participación. No obstante, es por ello que hemos hecho hincapié en que se debe replantear la cantidad de categorías.

De entrada, lo hemos repetido desde antes de la pandemia: se debe dejar descansar las categorías Especiales Doble A. En esta ocasión, dada la cantidad de agrupaciones, no se abrió la categoría Doble A, pero sí que estaba considerada.

La primera categoría que se presentó fue la B, donde la Rondalla de la Eterna Primavera no tuvo problemas para llevarse el triunfo. Desde el primer día se notó su oficio, el de sus integrantes, ya que la rondalla como tal es muy jóven. Quién pudo haberlos puesto en problemas fue Rondallas Unidas de Saltillo, quienes fieles a su estilo interpretaron dos arreglos con varios cambios de ritmo y basados en el aspecto coral. Esta rondalla tiene a un gran director musical al frente, además de que en sus presentaciones siempre es notorio el trabajo de ensayo que los respalda. Lo que no termina de gustarme son algunos de sus cambios de ritmo un tanto forzados.

En la categoría A se tuvo un duelo interesante entre la Rondalla Arpegio de Zamora y la Rondalla Caballeros Paso del Norte. Ambas rondallas con un buen trabajo vocal y una madurez notoria entre sus filas. La diferencia fue que la Rondalla Caballeros Paso del Norte presentaron un salto importante en calidad, que en gran parte es resultado de lo bien que trabajaron a lo largo de la pandemia.

Contrario a esto, una rondalla que evidentemente pasa por una reestructura es la Rondalla de Medicina de la UANL, una agrupación histórica cuyo trabajo, en esta ocasión, no pudo darles el triunfo, algo a lo que ellos están acostumbrados.

Con todo, me parece que la presencia de estas tres rondallas hizo que la categoría presentara un nivel un poco por encima de lo que se ha visto en otros concursos, donde justo esta clasificación es la que se ha visto a la baja.

Si bien el audio del concurso no fue malo, tuvo un aspecto que le jugó completamente en contra y fue el lugar donde se realizó. Al ser un patio, la acústica no es la ideal para un evento de este tipo, haciendo demasiado eco y dificultando la apreciación del evento.

Sin embargo, la sombra más oscura de la organización fue, en definitiva, el manejo de los tiempos. Para comenzar, el concurso estaba anunciado para iniciar a las 14:00 horas ambos días, sábado y domingo. El día sábado el evento dio inicio 1 hora con 20 minutos tarde. Ese mismo día se anunció que el domingo daría inicio a las 15:00 horas, pero esto tampoco ocurrió puesto que en la final el retraso fue de 58 minutos.

Pero eso no es lo más preocupante, sino que el tiempo efectivo de música, desde el primer solo de requinto de la primera rondalla hasta el último remate de la séptima agrupación pasaron solamente ¡38 minutos! A partir de ahí, ya se la saben: tiempos muertos, números musicales, más tiempos muertos hasta que finalmente dio inicio el protocolo de cierre del evento 1 hora con 20 minutos después, es decir, fue más el tiempo de espera que el que las rondallas estuvieron participando. Pero si pensaban que la espera había terminado, lamento desilusionarlos amiguitos, porque la premiación duró otros 38 minutos, lo mismo que las rondallas estuvieron participando.

Por favor, señores organizadores de concursos, tengan un poco de sensibilidad. Las rondallas que son de fuera necesitan iniciar su camino de regreso o irse a pasear y aprovechar antes de emprender su retorno. Las carreteras de este país, y sobre todo en la zona de Jalisco, no son precisamente las más seguras. Se los suplico, hagan las entregas más ágiles.

Y no minimizo el trabajo de los jurados, yo mismo he calificado en concursos nacionales y sé perfecto la gran responsabilidad que se carga sobre los hombros para entregar resultados justos. Pero si bien, no es un trabajo fácil, es un trabajo que se realiza mayoritariamente durante la presentación de los grupos. Después solo hay que sumar puntos y para la cantidad de rondallas, creo que no era para tardar tanto.

Y hablando de justicia, en ese aspecto creo que no hay réplica posible, ya que los resultados fueron lógicos y acordes a lo que se vio en el escenario. Ambos campeones lo fueron con todas las de la ley y no dejaron duda ni en el jurado ni en el público, salvo los seguidores apasionados que con más ímpetu que objetividad siempre defenderán a capa y espada a su rondalla.

En fin, creo que la elaboración de estas luces y sombras también ya lleva más de 38 minutos, así que aquí lo dejamos por hoy. Como saben, este trabajo crítico se realiza de la forma más objetiva posible y siempre en el afán de que todos aprendamos de las experiencias y logremos eventos de mayor calidad, como lo merecen las rondallas. Claro que siempre habrá quien diga que somos muy negativos y que deberíamos ver solo lo bello y lindo, pero somos fieles creyentes de que lo que no se mide no se puede mejorar.

Nos vemos dentro de tres semanas en Zamora, Michoacán. ¡Hasta pronto!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *