
Llevábamos desde mayo sin concursos nacionales, y parece que esta pausa ha sacado a relucir una realidad que no podemos ignorar: la fórmula de los concursos rondalleros, en general, se siente un tanto desgastada. No es que estemos señalando con el dedo al Concurso de Monterrey en particular, sino que esta dinámica de los concursos nacionales, en su conjunto, comienza a sentirse un tanto acartonada. Y no me malinterpreten, la pasión por concursar y ganar una presea sigue viva, pero el formato necesita urgentemente una inyección de frescura.
Aunque vimos rondallas de Hermosillo, Zamora, Matamoros y Veracruz, la mayoría de las agrupaciones siguen viniendo de Torreón, Gómez Palacio y, claro, Monterrey. El comité organizador deberá sentarse a analizar esto con lupa. Es fundamental preguntarse por qué no estamos viendo más diversidad de ciudades en esta competencia. Si queremos un verdadero concurso nacional, hay que trabajar en que la participación sea menos centrada en una sola región. Porque, seamos sinceros, México es mucho más que el norte, ¡y la rondalla también!
No puedo evitarlo: tenemos que hablar del inicio de algunas canciones. ¿Qué pasa con esos ahhh, uhhh y bombom tan desangelados? ¡Vamos! El arranque de un tema es crucial, es lo que engancha al público, y no podemos seguir abriendo con este tipo de sonidos que no aportan nada memorable. Espero que las agrupaciones apuesten por darle un toque más emotivo y melódico desde el primer segundo a las interpretaciones.
Otro punto que ya he mencionado anteriormente es que no todos los grupos están listos para ciertas piezas. Y aquí les dejo una señal chiquita: si tu solista no puede decir una frase rápida de manera clara, no es error del cantante, es un error del director. La elección del tema y del solista debe ser pensada con mucho cuidado. Aquí es donde vemos si realmente se conoce al grupo que se tiene enfrente. ¡Ojo con eso, directores!
Recientemente, algunas rondallas han caído en la moda de empezar una canción con un ritmo y luego cambiarlo a ese famoso “bluseado”. Ya hemos hablado de esto antes, y lamento tener que repetirlo: no siempre funciona, y cuando lo hace, el cambio debe ser suave, no forzado. Hay rondallas que, incluso, parecen hacerlo ya por sistema, sin cuestionarse si el arreglo de verdad lo necesita. Y ya que estamos en esto… ¿el bailecito es necesario? En realidad no tengo palabras para ello, mejor lo dejamos para otra ocasión.
Los arreglos musicales son parte fundamental de la rondalla, pero últimamente estamos viendo una uniformidad que me preocupa. Muchos coros, muchas armonías, pero poca esencia. No es solo meter elementos por meter; es contar una historia, transmitir un mensaje. Si vamos a innovar, que sea con sentido.
Las letras traducidas del inglés, la mayoría de las veces, no están funcionando. Punto. Las canciones rondalleras que realmente trascienden son, en su mayoría, escritas en español. No forzemos lo que no fluye.
Y hablando de fluidez, hay que poner especial atención a la orientación de los integrantes de la rondalla hacia los micrófonos. Es importante que se dirijan hacia ellos para captar bien el sonido, pero no al punto de darle la espalda al público, como sucedió con una rondalla en esta ocasión. Una cosa es cantar bien y otra olvidarse por completo de que hay personas mirándote.
Aunque no soy el mayor fan de los números de exhibición, debo reconocer que en esta ocasión el comité organizador hizo una buena elección. La Rondalla 3 Generaciones, que hizo un largo viaje desde Zacapoaxtla, Puebla, mostró su esfuerzo y presentó su música al público asistente. Por otra parte, siempre es un gusto escuchar a la histórica Rondalla Cenzontle, quienes recibieron un cálido y merecido respeto del público. Fue un buen detalle para enriquecer el evento.
Pero ahora, hablemos de las rondallas, categoría por categoría. Iniciemos con la categoría D, donde la Rondalla Juvenil Cantares destacó con una pieza sencilla pero bien ejecutada, aunque fue la Rondalla Mixta del Colegio América la que se llevó el primer lugar, gracias a un tema un poco más complejo y con una muy buena ejecución.
En la categoría C, vivimos un enfrentamiento interesante entre dos rondallas de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Por un lado, la Rondalla Femenil de Psicología, con su versión de Don’t speak, y la Rondalla de la Facultad de Contaduría Pública y Administración, con su versión bluseada de No me digas que te vas. Creo que a las chicas de Psicología les faltó un poco más de fuerza interpretativa, algunos cambios de ritmo, si bien eran interesantes, les jugaron en contra, al parecer un poquito descuadrados. Por su parte, la Rondalla de FACPYA ejecutó de forma correcta, aunque ya saben lo que pienso de esos cambios de ritmo. Por supuesto, no creo que esto haya tenido repercusión en la calificación, por lo que considero que el resultado fue justo.
Pasando a la categoría B, tuvimos una competencia muy cerrada, con una diferencia de menos de 20 puntos entre el primero y el sexto lugar. La rondalla triunfadora, la Rondalla CONALEP presentó un trabajo limpio y bien ejecutado, con una versión, a mi gusto, bien lograda del famoso tango La cumparsita. El segundo lugar fue para la Rondalla de la Facultad de Ciencias, Educación y Humanidades de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Su propuesta igualmente me pareció muy buena, con una buena calidad interpretativa y ejecución. El resultado lo dice todo, menos de un punto de diferencia entre ambas rondallas. ¡Muy bien!
Finalmente, en la categoría A, hubo cosas interesantes para comentar. Para empezar, la diferencia entre primero y segundo lugar fue la más pequeña de todo el concurso, apenas de una décima de punto. El tema elegido por la Rondalla de Medicina de la UANL, quienes ocuparon el segundo lugar, no me pareció una fórmula tan ganadora, sobre todo teniendo como antecedente la gran versión de la Rondalla de Arquitectura de la misma ciudad. Sin embargo, creo que el punto decisivo fue que el empaste de las voces no fue tan homogéneo, algunas armonías se perciben un poco inseguras. Desde hace tiempo dije que esta rondalla estaba en camino de aquellas glorias de generaciones anteriores y me mantengo en lo dicho. El primer lugar correspondió a la Rondalla Voces del Corazón, quienes lograron una levemente mayor solidez en armonías. Fieles a su estilo, presentaron un buen tema con una ejecución correcta, aunque por ahí tuvieron algunas leves desafinaciones. Al final, les alcanzó para el triunfo, bien merecido, pero sí deben cuidar el rubro de afinación.
El tiempo de espera por los resultados me pareció adecuado, apenas de una hora, considerando ya el número especial a cargo de la Rondalla Cenzontle, lo que en definitiva ayudó a aminorar los nervios de los participantes ante la espera de resultados.
En general, fue una buena competencia donde, casualmente, hubo 6 rondallas en cada categoría, lo que dio un total de 24 rondallas. Sin embargo, considerando que este concurso vivió ya su edición número 24, me parece que es importante que el comité organizador busque la manera de atraer a más rondallas de otros estados y regiones del país. El próximo año, el Concurso de Monterrey cumplirá su 25 aniversario y esperamos que sea una gran edición que marque el renacer de este certamen que es, ya, el tercero más longevo del país.
Que mal que se deje llevar por sus sentimientos y su temperamento eso muestra la.mediocridad del certamen y del mal uso de poder como juez que tuvo, pero no sé apure todo lo malo flota por no decirlo de otra manera , espero que las mentiras que se jacto se decir aquí y la mentira que es la credibilidad del certamen ayuden a su rondalla, que por su puesto sabe que no se premio de manera honesta
Para variar y sin ánimo de descalificarte, vuelvo a discordar sobre tu opinión sobre el trabajo de la Rondalla de la facultad de medicina. No haré precisiones sobre ello porque desafortunadamente es crear encono con quienes tienen otro punto de vista. Lo platicamos luego. Saludos don Luis.
Algo que no se menciona pero fue malo en la edición 2023 y en esta 2024 no fue la excepción, fue el tema del sonido, muy pocos micrófonos para las secciones de voces, apenas 4 para toda la rondalla, muy distanciados uno del otro, habia secciones que se quedaban sin micrófono, el audio malo, se viciaba, micrófonos que se entrecortaba el audio, otros que se dejaban de escuchar, y viendo las calificaciones al final, no se que califican en afinación instrumental porque en ese rubro nos bajaron muchos puntos a compararon de las locales les dieron casi perfecto ahí, siendo que nuestros instrumentos estaban correctamente afinados.
Hermano no sé donde crees que se beneficia a los locales en el concurso de Monterrey, la verdad es que ellos solo benefician a los que les conviene. La Nota de amor solo es una rondalla corrupta.
brlbrlbrlbrl primo
Muy mala crítica, como puedes criticar algo atraves de un vídeo, si no estuviste ahí por qué no fuera Tepoztlán y sus robos o jueces comprados por qué ahí si hablas maravillas, o de rondallas que les faltaron al respeto como la clásica de puebla creo que has perdido toda la credibilidad, yo espero algún día poder escucharlo ejecutar un instrumento y un arreglo actual de alguna canción suya por qué no más puro pico de pato