
“A veces para definir algo, tienes que hablar o mencionar lo que no es ese algo para entenderlo mejor”. Maestro Huang Aguilar, único monje guerrero Shaolin occidental reconocido por el Templo Shaolin.
Dedicado a mi gran amigo Luis Daniel Oidor.
Tomando el estilo del sitio, hablaré de una problemática que existe y que he visto a lo largo de mi carrera como rondallero, en específico, como maestro de guitarra y encargado de instrumentación.
Originalmente, yo me tardé dos años y medio en aprender a tocar los círculos y una canción que sonara bien. Soy una persona racional y eso me llevó a diseñar un sistema para poder ir paso a paso, el cual he ido perfeccionando y (bendito sea el Eterno) aún sigo aprendiendo. Les comparto un poco mis experiencias y los errores más recurrentes que he visto, esperando sean de utilidad.
1. Empezar a enseñar tocando Corazón de Roca
Un error frecuente, que yo padecí. Recuerdo que cuando comencé con la guitarra el profesor de la secundaria solo afinó mi instrumento y después le dijo a un alumno – Enséñale el círculo de sol. Después se acercaron algunos a tocar, y él me dijo: – Sólo sígueme.
¿Ustedes saben todos los procesos cerebrales que ocurren y todas las habilidades que debemos adquirir para tocar y cantar bien?
Es por eso que antes de círculos, antes de acordes, antes de ritmos, sugiero que se hagan ejercicios previos. Después se vea por manos separadas, tanto ritmos como acordes y por último se una todo (si no tiene la habilidad de hacerlo inmediatamente). Si intentan que el alumno toque el círculo en la primera sesión, el resultado será un largo tiempo para lograrlo si el alumno es tenaz, o simplemente el alumno abandonará el aprendizaje de la guitarra y ustedes dirán, que el nuevo no le puso las ganas suficientes.
2. Enfocarse solo a ejercicios
Esto me ocurrió en una etapa de mi vida. Comencé a hacer ejercicios, escalas, etc., y eso ayudó demasiado, tanto que rebase a todos los que en un principio tocaban mejor que yo. Fue tal el avance, que comencé a crearme una familla local, después llegó una nueva generación que quería aprender conmigo, pero como para mí, el aprender solo con canciones no funcionó, los saturé con ejercicios y ejercicios, escalas, etc. Resultado: muchos se fueron al aburrirse con este método.
3. No dar libertad de opciones
Estarán de acuerdo que muchos desconocen el verdadero potencial de la rondalla, y que incluso hay gente que nos confunde con estudiantinas. Por ello, también creo que muy pocos quieren llegar a tocar Andante americano o Como un día de domingo. Muchos se acercan a la rondalla para aprender a tocar canciones populares de otros géneros, que no es del todo malo. Si podemos ayudarlo, creo que es bueno, sin descuidar lo esencial.
Después de estos tres puntos les sugiero una estructura de clase que me han traído óptimos resultados:
- Parte técnica (arpegios, ejercicios de digitación, círculos, cejillas, etc.)
- Repertorio (canciones del grupo)
- Pieza libre
4. No poner metas y objetivos
Muchas veces uno llega a dar clase, sin estructura, sin nada. No se lleva un seguimiento y lo peor, el maestro llega a ver qué se le antoja enseñar ese día. Eso es lo peor. El tiempo en el que tú estás improvisando, pensando qué vas a enseñar, es eterno para el padawan. Incluso mi propuesta para los líderes es programar los ensayos. Tampoco se debe mal acostumbrar al alumno a que llegue a clase a ensayar contigo. Se debe de encaminar al alumno para que vaya adquiriendo habilidades por sí solo.
5. Aferrarse al sistema
– Si yo lo aprendí de tal modo, tu también lo aprenderás así, de este modo y no de otro. Si yo me tardé un mes, tú te tienes que tardar mes y medio. Esta y otras lamentables frases he escuchado. Recuerden que todos somos distintos. Si algo se me facilita, tal vez a otro no. Todos tenemos habilidades diferentes y no tiene nada de malo que el alumno no sea exactamente igual al maestro.
6. Todo el tiempo tocar en clase
El alumno es alguien que quiere aprender, no solo quiere verte tocar. De vez en cuando el ejemplo sonoro y visual es más que excelente, pero no te la puedes pasar tocando y tocando, también debes darle espacio al aprendiz para poder desarrollar y para equivocarse, para eso estás.
7. Repetir toda la pieza
Aprendiz: El final de esta canción/pieza es muy difícil, maestro.
Maestro: Pues ensáyala desde el principio hasta el fin muchas veces hasta que salga.
Aprendiz (frustradro): La ensayo y la ensayo y aun así no me sale.
Maestro (desesperado y mentiroso): Oh, ya verás que cuando la toquemos y estemos inspirados te saldrá, aunque en el escenario de todos modos nadie se da cuenta, lo que vale es que toques con el corazón.
Resultado: Nunca sale, porque nunca te enfocaste realmente a sacar alumno del problema. Ver el pasaje más lento, paso a paso, es lo que le ayudará. Debes probar con varias maneras de abordarlo. La paciencia es algo que desarrollarás como maestro, es por eso que tú también, mientras enseñas, de la fuerza mucho aprenderás.
8. Enseñar lo que no se domina
Cuando decides enseñar, creo que una de las cosas que debes aprender y estar dispuesto a decir es: esto no lo sé. También puede que te equivoques, en lo que creas que dominas, acéptalo y no pasa nada. La frase Magister dixi (el maestro dice y así es) en estos tiempos cibernéticos rondalleros es inaceptable.
Además si el alumno se da cuenta de tu error y tú te aferras a él, tú quedarás como un tonto. No tienes por qué saberlo todo, nadie lo sabe todo, eres sólo un maestro, no Dios.
9. Quedarse en el pasado
He visto maestros que siguen enseñando con sistemas que se usaron hace mucho tiempo. Actualmente, el cibermundo es una herramienta más que útil y necesaria. Si ustedes quieren que el alumno lleve su libretita para que dibuje las 6 cuerdas y apunte las canciones, tienen que actualizarse. Ya hay aplicaciones, videos, cancioneros e infinidad de versiones de una misma canción. Eso ayuda a acelerar muchos procesos y poder enfocase a otros.
Sugerencia de enseñanza
- Ejemplificar (el maestro toca y el alumno observa con atención cuidando los detalles, sin tocar)
- Copiar (los dos tocan al mismo tiempo, el alumno imita)
- Corregir (el alumno toca y el maestro pone total atención para corregir)
10. Querer volar antes de gatear (inciso especial a requintistas)
He visto a muchos requintistas que entusiasmados, al escuchar los poderosos requintos de nuestro gran representante Pablo Castillo, toman la guitarra y quieren mover los dedos esperando tocar esas piezas muy difíciles. Al no tener una metodología de estudio, los resultados son una pérdida de tiempo y hasta de frustración. Entonces comienzan a poner miles de pretextos: “es que Pablo debe ser un superdotado“, “es que Pablo debió comenzar a tocar a los dos años y seguro enstudia 26 horas al día“, “a mí me enseñaron mal desde niño“, “la rondalla en la que estoy no sirve“, “es que en México no se apoya a la cultura“, “es que la devaluación“, y un largo etcétera.
Téngase en cuenta que en efecto, Pablo ensaya mucho, pero sobre todo, ¿qué resultado esperas si, de medio tocar requintos sencillos como el de Wendoline, a veces con plumilla y una deficiente técnica de tres dedos en la mano izquierda y nula en la mano derecha; quieres pasarte a tocar Inolvidable o El Andariego (versión Voces del Recuerdo) donde le pides a tus dedos tocar con una movilidad que jamás has trabajado?
Lo recomendable es trabajar la técnica y después comenzar a tocar requintos de mediana dificultad. Después, con una mejor movilidad en los dedos, conocimientos y demás cosas, entonces ya se podrán abordar piezas de alta dificultad. Aunque les hago la pregunta de siempre, ¿por qué querer tocar imitando a alguien, si puedes tocar siendo tú mismo?